sábado, 27 de febrero de 2016

VIACRUCIS VOCACIONAL




 ORACIÓN:  Señor Dios, que en el Sacramento de la Eucaristía nos has dejado una viva memoria de la Pasión, concédenos a los que vivimos consagrados a tu servicio, a la compañía y reparación del Abandono, meditar y venerar de tal modo los dolores de tu Hijo Jesucristo que se encienda más y más en nosotros el deseo de repararlos y agradecerlos mediante la observancia de los mandamientos, el celo por la salvación de las almas y el amor puro, tierno, expansivo y sólido de su Corazón eucarístico por quienes vives y reinas en unión del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén  

PRIMERA ESTACIÓN: Jesús es condenado a muerte.  

Te adoramos, Corazón Eucarístico de Jesús, y te bendecimos
R/ Porque con tu cruz, redimiste al mundo

“Entonces Pilato ordenó que lo azotaran. Los soldados prepararon una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza. También le echaron sobre los hombros un manto de púrpura. Y se acercaban a él, diciendo: ¡Salve, rey de los judíos¡ Y le daban bofetadas. Pilato salió, una vez más, y les dijo: Escuchad; os los voy a sacar de nuevo, para que queda bien claro que yo no encuentro delito alguno en este hombre”.

Cristo es donado por el Padre a los hombres para la salvación. El se dona totalmente realizando en su propia vida la voluntad del Padre, esta es su vocación. Toda vocación se expresa de la misma forma: es don de Dios a la criatura, para que se realice a sí misma y se convierta en don para los demás.

ORACIÓN: Señor Jesús, mira nuestro pecado y pobreza que te ha hecho víctima por nosotros. Concédenos llegar a ser don para nuestros hermanos, como Tú lo eres para todos nosotros.

SEGUNDA ESTACIÓN: Jesús recibe la cruz en los hombros.


Se hicieron, pues cargo de Jesús que, llevando a hombros su propia cruz, salió de la ciudad hacia un lugar llamado – La Calavera- (que en la lengua de los judíos se dice – Gólgota-)”

El don de su vida que Cristo nos da, se convierte en sacrificio redentor: ha venido como cordero que se ofrece en sacrificio por nuestros pecados, por nuestra liberación. También nosotros si queremos darnos a los demás, tenemos que aprender a “tomar la pobreza” de los demás, cargándola en nuestros hombros.

ORACIÓN: Jesús, que llevas la cruz en los hombros por todos nosotros, ayúdanos a ofrecer por nuestros hermanos los sacrificios de cada día.

TERCERA ESTACIÓN: Jesús cae por primera vez.

 “Y dirigiéndose a sus discípulos añadió: Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz, y me siga”.

El Señor se ha humillado, revistiéndose con nuestra naturaleza y presentándose como el último de los hombres. Con Cristo estamos llamados a buscar la gloria de Dios, a realizar nuestra purificación y a vivir en solidaridad con nuestros hermanos; esta es nuestra vía dolorosa, en la cual avanzamos con dificultad, tropezando muchas veces con nuestra propia miseria.

ORACIÓN: Señor Jesús, hermanos nuestro, queremos ser el alivio de los desalentados, los amigos de los que se sienten solos, el sostén de los pobres y el signo de tu bondad para nuestros hermanos.

CUARTA ESTACIÓN: Jesús encuentra a su Madre.

 “Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen”.

 Simeón un día había predicho a María que una espada le traspasaría el alma. Ahora la Virgen cercana a Jesús hasta el último momento de su vida terrena, une sus sufrimientos a los de su Hijo para la expiación de nuestros pecados.

ORACIÓN: Jesús, que llamas a los hombres a ser obreros de tu viña, sostén a aquellos que se han consagrado totalmente a Ti y a los hermanos y haz que a tu llamada cada uno de nosotros diga su “sí” generosamente.

QUINTA ESTACIÓN: Jesús es ayudado por el Cireneo.

“Cuando se lo llevaban para crucificarlo, echaron mano de un tal Simeón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús”.

Cristo y un hombre bajo la misma cruz. ¿Una cruz de quién? ¿de Cristo o del hombre?. Todos hemos nacido para la vida. En una existencia marcada por el pecado, no llegaremos a la vida sin pasar por la purificación de la cruz.

 ORACIÓN: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, renuévanos cada día en la gracia del Bautismo y transforma nuestro corazón para que amándote sobre todas las cosas llevemos tu amor a los que se nos acercan.

SEXTA ESTACIÓN: La Verónica enjuga el rostro de Jesús.

“Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba; no volví la cara ante los insultos y salivazos”.

Como cristianos estamos llamados a compartir los gozos, las esperanzas y los sufrimientos de los demás, siendo así signos del amor del Padre.

ORACIÓN: Cristo pobre, obediente y casto, te pedimos por los que se consagran a Ti en la vida religiosa, para que sean fieles y brillen en toda la Iglesia como signo de la santidad y de la hermosura del Reino de Dios.

SÉPTIMA ESTACIÓN: Jesús cae por segunda vez

Despreciado, rechazado por los hombres, abrumado de dolores y familiarizado con el sufrimiento; como alguien a quien no se quiere mirar, lo despreciamos y lo estimamos en nada. Sin embargo, llevaba nuestros dolores, soportaba nuestros sufrimientos. Aunque nosotros lo creíamos castigado, herido por Dios y humillado”

Cristo, el Señor, sigue siendo crucificado en tantos hermanos que carecen de lo necesario para vivir dignamente; despreciado por nuestra indiferencia y abatido por nuestro abandono el Señor nos reclama un mayor compromiso a favor de la paz que es fruto de la justicia y de la solidaridad.

ORACIÓN: Jesús, rico en misericordia, haznos testigos de tu Reino de amor, vida, justicia, paz, gracia, verdad para que te podamos encontrar en nuestros hermanos que sufren, para amarlos con tu mismo amor.

 OCTAVA ESTACIÓN: Jesús encuentra a algunas mujeres que lloran

Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque si esto hacen con el leño verde, ¿qué harán con el seco?”.  

Ante el ambiente de injusticia que vivimos, no podemos caer en la indiferencia. Jesús nos invita a compadecernos, a hacernos solidarios, ser verdaderamente hermanos de quienes sufren. No bastan los lamentos y llantos, es preciso trabajar todos por la edificación del Reino de Dios entre nosotros.

ORACIÓN: Jesús, Palabra del Padre, ilumina y fortalece a tus sacerdotes para que con la palabra y con la vida nos indiquen que la vida tiene sentido cuando se entrega al servicio de Dios y de los hermanos, especialmente de los que más sufren.


NOVENA ESTACIÓN: Jesús cae por tercera vez.

“¡Sálvame, oh Dios, que estoy con el agua al cuello¡ Estoy hundido en un cenagal sin fondo, no puedo hacer pie; estoy metido en aguas profundas, me arrastra la corriente; Estoy agotado de gritar, tengo la garganta ronca, mis ojos se consumen de esperar a mi Dios”.

 Jesús en el camino de la cruz tuvo tropiezos, desfalleció por el calor y el cansancio. También hoy, los sacerdotes, religiosos y laicos experimentan incomprensión y fatiga. Oremos por ellos, para que sean fieles a la misión que el Señor les ha encomendado en su Iglesia.

ORACIÓN: Jesús orante, que llamas a muchas personas generosas para dedicarse totalmente a Ti, sostén a estos tus amigos para que no desfallezcan en la ardua misión de ser mensajeros de tu Reino en toda la tierra.

DÉCIMA ESTACIÓN: Jesús es despojado de sus vestidos.

 “Los soldados, después de crucificar a Jesús, se apropiaron de sus vestidos e hicieron con ellos cuatro lotes, uno para cada uno. Dejaron aparte la túnica. Era una túnica sin costuras, tejida de una sola pieza de arriba abajo. Los soldados llegaron a este acuerdo: No debemos dividirla; vamos a sortearla para ver a quién le toca. Así se cumplió este texto de la Escritura: Dividieron entre ellos mis vestidos y mi túnica la echaron a suertes”

De la misma manera como Jesús fue despojado de sus vestiduras, muchos miembros de nuestro país son despojados de sus derechos fundamentales. Los cristianos, hoy más que nunca, hemos de comprometernos en la construcción de una sociedad más fraterna de acuerdo con los valores del Reino.

ORACIÓN: Jesús, que recorriste infatigablemente los caminos de tu tierra con el ansia de llevar la Buena Nueva, sostén a nuestros pastores y ayúdalos a comprometerse con decisión en el trabajo por el bien común.

DECIMOPRIMERA ESTACIÓN: Jesús es clavado en la cruz

Cuando llegaron al lugar llamado La Calavera, crucificaron allí a Jesús y también a los malhechores, uno a la derecha otro a la izquierda. Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

En un gesto de incomparable amor, Jesús entregó su vida en la cruz por nuestra salvación y a pesar del sufrimiento, permaneció fiel hasta el final a la voluntad de Dios Padre. Nosotros, también estamos llamados a entregarnos con libertad al servicio de los hermanos, superando los obstáculos que tengamos que afrontar.

ORACIÓN: Jesús, Tú nos llamas a seguirle para manifestar a nuestros hermanos el amor del Padre, ayúdanos a entregarnos sin reservas a la evangelización de todos los hombres para comunicarles la gran riqueza del Evangelio  

DECIMOSEGUNDA ESTACIÓN: Jesús muere en la cruz

“Hacia el mediodía las tinieblas cubrieron toda la región hasta las tres de la tarde. El sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por medio. Entonces Jesús lanzó un grito y dijo: Padre a tus manos confío mi espíritu. Y dicho esto, expiró”.

Hoy existen numerosos hombres que, como Jesús, siguen entregando su vida para decir al mundo que todos somos hermanos. Hagamos de nuestras propias vidas una continua entrega a los demás, a ejemplo de Cristo.

ORACIÓN: Cristo, Cordero de Dios, que por nosotros te has entregado en la cruz, transforma nuestra debilidad con la fuerza de tu Espíritu, para que a la entrega total de tu amor a nosotros, corresponda nuestra radical opción por el Evangelio.

DECIMOTERCERA ESTACIÓN: Jesús es bajado de la cruz  

“Como era el día de la preparación de la fiesta de la pascua, los judíos no querían que los cuerpos quedaran en al cruz aquel sábado, ya que aquel día se celebraba una fiesta muy solemne. Por eso pidieron a Pilato que ordenara romper las piernas a los crucificados y que los quitaran de la cruz. Los soldados rompieron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando se acercaron a Jesús, se dieron cuenta de que ya había muerto; por eso no le rompieron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y, al punto, brotó de su costado sangre y agua”

Las tinieblas del Calvario penetran espesas en el corazón de María. Ir detrás de Jesús por el camino de la cruz significa también compartir con Él la amargura de la noche del espíritu.

ORACIÓN: Jesús, te pedimos por los jóvenes que llamas al ministerio sacerdotal y a la vida religiosa, haz que respondan positivamente a tu llamada y que sean fieles a ti en todos los momentos de sus vidas.

DECIMOCUARTA ESTACIÓN: Jesús colocado en el sepulcro

“Cerca del lugar donde fue crucificado Jesús había un huerto y, en el huerto, un sepulcro nuevo en el que nadie había sido enterrado. Y allí, por razón de la proximidad del sepulcro, y además por ser la víspera de la fiesta, depositaron el cuerpo de Jesús”

Nuestra conciencia es como un sepulcro vacío en el que nadie ha sido colocado, solamente está hecho para ser habitación de Dios. Pero muchas veces se ha convertido en guarida de ladrones porque nos hemos olvidado de la vocación cristiana a la que hemos sido llamados y hemos ido tras falsos ídolos.
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ORACIÓN: Jesús, enséñanos a escuchar al Padre que quiere guiarnos día a día en la realización de nuestra vocación específica. Padrenuestro Oración: Corazón Eucarístico de Jesús. Ten piedad de nosotros. Amantes como tu Madre. Fieles como Juan y las Marías del Evangelios. Queremos acompañarte Jesús, en la Eucaristía. Oración final Jesús, que desde la Cruz diriges tu mirada a tu Madre y al Discípulo, danos, en medio de los sufrimientos, la audacia y la alegría de acogerte y de seguirte con confiado abandono. Cristo, fuente de la vida, de toda gracia y de toda belleza, concédenos contemplar tu rostro sonriente, rostro de quien salva al mundo y lo guía hacia el Padre. Señor, a ti se dirige nuestra alabanza, acompañada por la Iglesia y por tu Madre: concédenos descubrir en la locura de la Cruz la promesa de nuestra resurrección.  A ti, Jesús, cuyo rostro resplandece en la hora de las tinieblas, como rostro de Maestro, de Hijo, de Amigo, nuestro amor y nuestra gratitud, con el Padre y con el Espíritu, en el tiempo que pasa y en la perenne eternidad. R/. Amén

lunes, 8 de febrero de 2016

DIA DE LA FORMANDA CMST

Poema sobre la historia vocacional de la m. Margarita Dieguez, que encuentras en la Historia Documentada pp. 89-100)


ANTES QUE TE FORMARA DENTRO DEL VIENTRE DE TU MADRE,
ANTES QUE TU NACIERAS TE CONOCIA Y TE CONSAGRE.

Si, por eso me formaste en una familia piadosa y pusiste en mi madre
el deseo de ofrecerme a Ti
Mi madre comprendió que aunque era su hija, era sobre todo prestada
Comprendió la grandeza  de tu gracia, por eso me bautizó un día después de venir a este mundo, el 1 de Febrero
y ahí fue tu abrazo de Padre
que se complacía en tu hija amada
Oh corazón de madre!
que  vive de fe, el misterio
de quien nos ha elegido desde la eternidad,
se que fue el impulso divino
quien la llevo a dejarme en el templo al cumplir 3 años de edad

Y tu amor de Padre- madre
ya me transmitía el carisma
de quien como niño, se abandona en sus brazos
desde el don del amor filial
pues Tu mismo, liberándome del peligro pusiste en mi camino
 ángeles que me llevarían de regreso a casa

y todavía en el silencio de un corazón de madre que cumplida su misión
sabe que también  a los hijos
Dios tiene un plan
y cuando mi conciencia de niña
despertaba a lo divino
me llamaste en la voz de ella
Quiero que seas monja!
Pero yo como Jeremías 
con corazón de joven que sueña 
con conquistar el mundo
dije no a tu llamado
Pero  tu voz como a Jeremías
también a mí me decías
no digas que no, irás a donde yo te envíe

Y sin cansarte de buscarme
desde mi corazón rebelde
que soñaba un futuro en México
supiste llevar mi historia
pues más que ver mi rebeldía
conocías mi corazón inquieto
sí, a mis ojos estaba un futuro
pero tu construías conmigo otro.

Y el 24 de Diciembre de 1899
cuando toda la humanidad
celebraba tu amor tierno
si, un Dios hecho uno de nosotros,
me llevaste a tierras mexicanas

ahí acontecería el don más grande de mi vida 
que yo jamás podría imaginar
ahí continuaría tu sueño
que se hacía ver en los signos
como  el deseo de mi mamá

Pero yo, aun me rebelaba como Jeremías
no creía que ser monja era para mi,
queria escribir mi vida, 
paralela a la que tu ibas escribiendo
así que llevada por el corazón de adolescente mejor  dije si, a un joven mexicano
que había puesto sus ojos en mi

 Y entre juegos de adolescentes
en la cotidianidad de mi vida
tu aún me buscabas
si, las palabras de uno de ellos:
“Da a Dios tu corazón
que naciste para ser monja”
fueron suficientes para darme cuenta
que desde aquellos tres años
cuando mi madre me entrego a ti
tu ya me tenias sellada

 Así tu plan empezó a ser mi plan
mis sueños de un mejor futuro
en tierras mexicanas
redescubrieron el horizonte
que Tu para mi anhelabas
y tomando muy en serio
lo que en mi corazón latía
dije adiós a mi novio
pues ya a otro pertenecía

Y mi actitud filial y confiada en tus manos
en mi se fortalecía
sabía que tu me llamabas
y aunque mi familia se oponía
decidida y feliz sabia
que mis planes se caían
pero resurgían muy fuerte
lo que Tu sobre mi escribías

Mi madre desde el cielo apoyaba
papa aún se resistía
pero yo puesta en tus manos
esperaba en ti confiada
Y te llevaste a mi padre
eso hirió mi corazón,
pero más estaba herido, 
por el amor que me dabas, 
ya que yo quería ofrecerte
lo que ya mi madre te dio
cuando pequeña yo estaba


Y un día primero de Enero
dejé mi casa para siempre
me recibían con gran gusto
las Hijas del Calvario
mis sueños se iban construyendo
con ilusión acogía lo que ellas me enseñaban. 
Un  futuro muy distinto al que yo me imaginaba,
 ahora Dios escribía

Yo no sabía que ya dentro
una misión surgiría
solo gozaba y amaba
lo que Dios cada día me daba
En mi corazón de postulante
Dios escondía un bello tesoro
una apasionante historia,
junto a quienes  llevaban ya un camino recorrido , 
justo ahora se iniciaba

Y en un ordinario día, 
Tú hiciste  lo  extraordinario
por las únicas formas que sólo Tu conoces
y el corazón humano poco comprende,
pues tuve que enfermarme de sarampión
para que mi familia me sacara de la Hijas del calvario
y con la certeza de que el padre Lovera
por tu Espíritu era inspirado
ellos me llevaron a un nuevo lugar
que tu para mi habías soñado

 Y la historia de niña, en mi se repetía a los tres añitos 
unos jóvenes  a mis padres me volvían
y ahora también mi  familia, 
a  donde sería mi hogar 
para siempre con gozo ellos  me traían

Un nuevo camino lleno
de esperanza
Tú  joven Purita ahora iniciabas
abriendo camino a las que vendrían
a ser continuadoras de la nueva historia , 
que ahora iniciaba


lunes, 1 de febrero de 2016

Me has mirado

Me sobrepasa, tiemblo, me trasciende, me supera el hecho de saber que me has mirado y me has elegido a ser parte de tu proyecto en el maravilloso don de la vida consagrada y cada dia me sigues sorprendiendo, pues tu llamada y el ser consciente de que tu has tomado la iniciativ , simplemente porque asi lo deseaste, sigue siendo NOVEDAD para mi .Se que es un detalle tuyo del que siempre me sentiré inmerecedora y que desde mi debilidad y fragilidad esperare siempre en tu oracion dirigida al Padre de donde vendra siempre mi fortaleza y el entusiasmo por buscar la frescura de tu EVANGELIO......GRACIAS POR LLAMARME A SER CARMELITA!!!! (Y.P.S)

FELIZ DIA DE LA VIDA CONSAGRADA

domingo, 31 de enero de 2016

Mi entrada al Carmelo

Así fue mi entrada al Carmelo- a la vida consagrada, y la tuya?
El lunes 9 de abril, día en que el Carmelo celebraba la fiesta de la Anunciación, trasladada a causa de la cuaresma, fue el día elegido para mi entrada.
La víspera, toda la familia se reunió en torno a la mesa, a la que yo iba a sentarme por última vez. ¡Ay, qué desgarradoras son estas reuniones íntimas…! Cuando una quisiera pasar inadvertida, te prodigan las caricias y las palabras más tiernas, y te hacen más duro el sacrificio de la separación…
Mi rey querido apenas hablaba, pero su mirada se posaba en mí con amor… Mi tía lloraba de vez en cuando, y mi tío me dispensaba mil atenciones de cariño. También Juana y María me colmaban de delicadezas, sobre todo María, que, [69rº] llevándome aparte, me pidió perdón por todo lo que creía haberme hecho sufrir. Y finalmente, mi querida Leonia, que había vuelto de la Visitación hacía algunos meses, me colmaba como nadie de besos y caricias.
Sólo de Celina no he dicho nada. Pero ya puedes imaginarte, Madre querida, cómo transcurrió la última noche en que dormimos juntas…
En la mañana del gran día, tras echar una última mirada a los Buissonnets, nido cálido de mi niñez que ya no volvería a ver, partí del brazo de mi querido rey para subir a la montaña del Carmelo…
Al igual que la víspera, toda la familia se reunió para escuchar la santa Misa y recibir la comunión. En cuanto Jesús bajó al corazón de mis parientes queridos, ya no escuché a mi alrededor más que sollozos. Yo fui la única que no lloró, pero sentí latir mi corazón con tanta fuerza, que, cuando vinieron a decirnos que nos acercáramos a la puerta claustral, me parecía imposible dar un solo paso. Me acerqué, sin embargo, pero preguntándome si no iría a morirme, a causa de los fuertes latidos de mi corazón… ¡Ah, qué momento aquél! Hay que pasar por él para entenderlo…
Mi emoción no se tradujo al exterior. Después de abrazar a todos los miembros de mi familia querida, me puse de rodillas ante mi incomparable padre, pidiéndole su bendición. Para dármela, también él se puso de rodillas, y me bendijo llorando…
¡El espectáculo de aquel anciano ofreciendo su hija al Señor, cuando aún estaba en la primavera de la vida, tuvo que hacer sonreír a los ángeles…!
Pocos instantes después, se cerraron tras de mí las puertas del arca santa (112) y recibí los abrazos de las hermanas queridas que me habían hecho de madres y a las que en adelante tomaría por modelo de mis actos…
Por fin, mis deseos se veían cumplidos. Mi alma sentía una PAZ tan dulce y tan profunda, que no acierto a [69vº] describirla. Y desde hace siete años y medio esta paz íntima me ha acompañado siempre, y no me ha abandonado ni siquiera en medio de las mayores tribulaciones.
Como a todas las postulantes, inmediatamente después de mi entrada, me llevaron al coro. Estaba en penumbra, porque estaba expuesto el Santísimo, y lo primero que atrajo mi mirada fueron los ojos de nuestra santa Madre Genoveva, que se clavaron en mí. Estuve un momento arrodillada a sus pies, dando gracias a Dios por el don que me concedía de conocer a una santa, y luego seguí a nuestra Madre María de Gonzaga a los diferentes lugares de la comunidad. Todo me parecía maravilloso. Me creía transportada a un desierto. Nuestra (113) celdita, sobre todo, me encantaba.
Pero la alegría que sentía era una alegría serena. Ni el más ligero céfiro hacía ondular las tranquilas aguas sobre las que navegaba mi barquilla, ni una sola nube oscurecía mi cielo azul… Sí, me sentía plenamente compensada de todas mis pruebas… ¡Con qué alegría tan honda repetía estas palabras: “Estoy aquí, para siempre, para siempre…”!
Aquella dicha no era efímera, no se desvanecería con las ilusiones de los primeros días. ¡Las ilusiones! Dios me concedió la gracia de no llevar NINGUNA al entrar en el Carmelo. Encontré la vida religiosa tal como me la había imaginado. Ningún sacrificio me extrañó. Y sin embargo, tú sabes bien, Madre querida, que mis primeros pasos encontraron más espinas que rosas…
Sí, el sufrimiento me tendió los brazos, y yo me arrojé en ellos con amor… A los pies de Jesús-Hostia, en el interrogatorio que precedió a mi profesión, declaré lo que venía a hacer en el Carmelo: “He venido para salvar almas, y, sobre todo, para orar por los sacerdotes”.
Cuando se quiere alcanzar una meta, hay que poner los medios para ello. Jesús me hizo comprender que las almas quería dármelas por medio de la cruz; y mi anhelo de sufrir creció a medida que aumentaba el sufrimiento.
Durante cinco años, éste fue mi camino. Pero, [70rº] al exterior, nada revelaba mi sufrimiento, tanto más doloroso cuanto que sólo yo lo conocía. ¡Qué sorpresas nos llevaremos al fin del mundo cuando leamos la historia de las almas…! ¡Y cuántas personas se quedarán asombradas al conocer el camino por el que fue conducida la mía…!
Teresa del Niño Jesús

jueves, 28 de enero de 2016

Ven a orar con otros jovenes

BETANIA- LUGAR DE AMISTAD
DESDE SU AMISTAD NOS HACE PARTE DE SU PROYECTO

Martha, María y Lázaro en Betania nos permiten entrar a su casita para encontrarnos con un Jesús humano, cercano, tierno, sensible, compresivo, compasivo, misericordia, es decir, todas las características que podemos encontrar en una verdadera amistad.

Cualquier  vocación a la que Dios te llame, nace de la profunda amistad con El. Entremos pues a Betania como un encuentro con el amigo y una vez más, descubramos, qué proyectos nos comparte Jesús, como fruto también de su amistad. 

Te invitamos a un momento de oración juvenil vocacional

en la parroquia de San Leo 
2131 Lauder Rd
Houston Tx. 77039 

El viernes 12 de Febrero
a las 7 de la tarde. 

HNAS. CARMELITAS MISIONERAS DE SANTA TERESA 

viernes, 22 de enero de 2016

CANTO AL NIÑO DE PRAGA


En el Carmelo celebramos al Niño Jesus de Praga el 25 de Enero. Mas que una devoción, es un amor entrañable a la infancia del mismo Hijo de Dios, que nos recuerda constantemente el estar volviendo a ser como niños, (Mt 18,3) actitud clave del evangelio que nos puede llevar a tocar la hondura de este. Jesús mismo se hizo pequeño e indefenso y constantemente nos invitó a hacernos como niños para entrar en el reino de los cielo, recordándonos que Dios se revela a los pequeños y es esta la mejor actitud de quienes se abandonan en las manos del Padre y caminan día a día desde la transparencia, la humildad, la espontaneidad, la nobleza y la relación de confianza al Dios que es más tierno que una madre.

jueves, 14 de enero de 2016

Un espacio para meditar



Te has dado tiempo para pensar y agradecer al Dios de la misericordia que ha estado presente siempre en tu vida? 
Tal vez no lo recuerdes, pero desde el vientre de tu madre él te cuidaba y ha seguido tu vida paso a paso, hasta el día de hoy. 
Si de pronto o desde un proceso de búsqueda tienes la sensación de que Él te llama a entregarle su vida por el Reino es también una de las señales, que muestran que Él ha tenido preocupación por ti, aun desde antes de ser engendrada.

Hoy te invito a ser consciente de que ese Dios que te ha cuidado es misericordia. Piensa en lo que significa la profundidad de este concepto, el peso que lleva en sí y hasta donde es capaz de llegar esta virtud. 

Después de un momento piensa la misericordia en Dios, y trata de ver si tu idea de El cambia, cuando  tal vez te han presentado  a un Dios castigador y lejano.

Entrar a la hondura de tu propia vocación, donde el autor es el Dios de la misericordia, es dejar que El se te revele como lo que es, y no lo que a veces has aprendido.

Permítete estar en silencio y soledad y pregúntale a El mismo qué significa que El sea la misericordia y qué tiene que ver esto con la inquietud que arde dentro de ti.


Ilumina este momento con Jeremias 1,5 y deja que el tiempo transcurra en su presencia misericordiosa. 

martes, 12 de enero de 2016

Envio a Africa

Despedida y envio de la hna. Cervitas Vengas a Etiopía, después de estar 6 meses en la Provincia de la Sagrada Familia, en Houston, Texas.
Comida de despedida de la comunidad que la acogio en USA
Envío de nuestra hermnaa Cervitas durante la Eucaristía. 
Camino al aeropuerto de Houston 
Buen viaje hna Cervitas, nuestra oracion contigo.


jueves, 7 de enero de 2016

Señor de mi vocación

}Señor de mi vocación, acá estoy como antaño, esperando que me empujes, deseando que me alientes, rogándote que me sostengas; porque he dejado jirones de tu llamada en el camino y experimento la tristeza de la infidelidad; porque me he entregado a  los demás con egoísmo y experimento la vergüenza de mi mentira; porque he huido una y otra vez del dolor y experimento el dolor de la cobardía.
}Señor de mi vocación, acá estoy como antaño, para entregarte los despojos de mi batalla:

}Signo de mi debilidad culpable y signo de mi valentía entusiasta. Si me he arriesgado, ha sido por ti. Si he peleado,  ha sido por ti.
}Si he sido vencida, ha sido por ti.
}No es valida excusa, pero si humilde confesión.
}Señor de mi vocación, sigue siendo mi único Señor. Que no me venda a nada ni a nadie. Que no me canse jamás.
}Que mi testimonio seas siempre Tú. Que al anochecer de cada día, pueda sentir tu mirada en la mía, como bastón poderoso para mi limitación.
}Señor de mi vocación, acá estoy como antaño, diciéndote de nuevo que sí.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Llega la alegría


La alegría es uno de los principales temas de las Escrituras; se le encuentra por todas  partes en el A. y en el N.T. El mensaje de la Biblia es profundamente optimista: Dios quiere  la felicidad de los hombres; su éxito, su expansión, los quiere colmados de abundancia y de  plenitud. La alegría traduce, en el ser humano, la conciencia de una realización ya efectiva o  todavía por venir.
El mundo actual apenas conoce esta alegría integral, que supone una profunda  unificación del ser en la línea de su existencia según Dios. Hay algunas alegrías propias del  ser humano moderno, por ejemplo, la que procura la transformación de la naturaleza. Pero estas  alegrías quedan reservadas a unos pocos e incluso, generalmente, son dudosas. La mayor  parte de los hombres y mujeres  buscan la alegría en la evasión, el sueño y el placer, y aceptan una vida cotidiana sin relieve y sin sentido. Las más de las veces el hombre se encuentra  destrozado en todos los sentidos, y muy pocos son los que llegan a unir los múltiples hilos  de existencia concreta.
Un síntoma de la alegría verdadera es cuando dejándote interpelar por su voz, respondes como si hubieras encontrado lo más grande de tu vida, como si en realidad hubieras descubierto el tesoro escondido. Adviento y navidad son tiempos propios para encontrarte con la alegría y responderle. 

La alegría del Evangelio es una alegría que viene de lo Alto, pero que, al mismo tiempo,  debe surgir de un corazón de hombre: es una alegría divino-humana. Jesús es el iniciador  definitivo de esta alegría: esta alegría es pascual, ya que está, necesariamente, ligada al  acto último por el que Jesús expresa su obediencia al Padre dando su vida por todos los  hombres. (...) La alegría que experimentan los cristianos se traduce espontáneamente en  acción de gracias, ya que la salvación por la que se alegran es, en primer lugar y ante todo,  un don. Esta dimensión de su alegría es completamente esencial: los cristianos saben que  el triunfo definitivo de la aventura humana depende radicalmente de la misericordia  obsequiosa de Dios Padre. "En esto consiste su amor: no en que nosotros hayamos amado  a Dios, sino que Él nos ha amado a nosotros..." Cuando nos sentimos llamados a seguirle, no es que nosotros lo hayamos elegido a Él, sino que El no eligió a nosotros. Desde ahí se hace más plena la alegría. 




domingo, 29 de noviembre de 2015

El adviento de mi búsqueda con María

A ti querida joven en búsqueda, te dejamos este momento oracional con Maria y en este tiempo tan especial que es el adviento.


domingo, 22 de noviembre de 2015

En la fiesta de Cristo Rey del Universo

La respuesta al sueño de Dios en nosotros es también un al protagonista del universo y de la historia. Es la aceptación plena de su salvación y por supuesto de su reinado. Cuando decimos , YO QUIERO SEGUIRTE, le  estamos dando una aceptación confiada, que proclama lo que realmente Él ya es, EL REY DEL UNIVERSO. Y entonces estamos en sintonía con su forma de reinar, desde el servicio, la entrega, el amor, la paz y la justicia. Todo esto resumido en su cruz,  la única forma de vencer la muerte y nuestro propio pecado y el de toda la humanidad. Desde ahí, la vocación se convierte en una de las más bellas formas de vida contra el pecado y la muerte. 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Todas las vocaciones de Teresa de Lisieux

Ser tu esposa, Jesús, ser carmelita, ser por mi unión contigo madre de almas, debería bastarme... Pero no es así... Ciertamente, estos tres privilegios son la esencia de mi vocación: carmelita, esposa y madre.

Sin embargo, siento en mi interior otras vocaciones: siento la vocación de guerrero, de sacerdote, de apóstol, de doctor, de mártir. En una palabra, siento la necesidad, el deseo de realizar por ti, Jesús, las más heroicas hazañas... Siento en mi alma el valor de un cruzado, de un zuavo pontificio. Quisiera morir por la defensa de la Iglesia en un campo de batalla...

Siento en mí la vocación de sacerdote. ¡Con qué amor, Jesús, te llevaría en mis manos cuando, al conjuro de mi voz, bajaras del cielo...! ¡Con qué amor te entregaría a las almas...! Pero, ¡ay!, aun deseando ser sacerdote, admiro y envidio la humildad de san Francisco de Asís y siento en mí la vocación de imitarle renunciado a la sublime dignidad del sacerdocio.

¡Oh, Jesús, amor mío, mi vida...!, ¿cómo hermanar estos contrastes? ¿Cómo convertir en realidad los deseos de mi pobrecita alma? Sí, a pesar de mi pequeñez, quisiera iluminar a las almas como los profetas y como los doctores.

Tengo vocación de apóstol... Quisiera recorrer la tierra, predicar tu nombre y plantar tu cruz gloriosa en suelo infiel. Pero Amado mío, una sola misión no sería suficiente para mí. Quisiera anunciar el Evangelio al mismo tiempo en las cinco partes del mundo, y hasta en las islas más remotas... Quisiera se misionero no sólo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y seguirlo siendo hasta la consumación de los siglos...
... La respuesta estaba clara, pero no colmaba mis deseos ni me daba la paz...

Al igual que Magdalena, inclinándose sin cesar sobre la tumba vacía, acabó por encontrar lo que buscaba, así también yo, abajándome hasta las profundidades de mi nada, subí tan alto que logré alcanzar mi intento...

Seguí leyendo, sin desanimarme, y esta frase me reconfortó: «Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino inigualable». Y el apóstol va explicando cómo los mejores carismas nada son sin el amor... Y que la caridad es ese camino inigualable que conduce a Dios con total seguridad.

Podía, por fin, descansar... Al mirar el cuerpo místico de la Iglesia, yo no me había reconocido en ninguno de los miembros descritos por san Pablo; o, mejor dicho, quería reconocerme en todos ellos...

La caridad me dio la clave de mi vocación. Comprendí que si la Iglesia tenía un cuerpo, compuesto de diferentes miembros, no podía faltarle el más necesario, el más noble de todos ellos. Comprendí que la Iglesia tenía un corazón, y que ese corazón estaba ardiendo de amor.

Comprendí que sólo el amor podía hacer actuar a los miembros de la Iglesia; que si el amor llegaba a apagarse, los apóstoles ya no anunciarían el Evangelio y los mártires se negarían a derramar su sangre...

Comprendí que el amor encerraba en sí todas las vocaciones, que el amor lo era todo, que el amor abarcaba todos los tiempos y lugares... En una palabra, ¡que el amor es eterno...!

Entonces, al borde de mi alegría delirante, exclamé: ¡Jesús, amor mío..., al fin he encontrado mi vocación! ¡Mi vocación es el amor...!


Sí, he encontrado mi puesto en la Iglesia, y ese puesto, Dios mío, eres tú quien me lo ha dado... En el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo seré el amor... Así lo seré todo... ¡¡¡Así mi sueño se verá hecho realidad...!!!

viernes, 13 de noviembre de 2015

Cuando el toca nuestra vida



Cuando palpas que Jesús ha  tocado tu  total existencia, entonces sientes  la necesidad de relativizar todo, incluso lo más querido, pues Alguien ha llenado todo tu ser, hasta los más hondos vacíos que puedan existir en tu interior. Y a partir de ahora empieza una nueva aventura que ha cambiado totalmente tu vida. Todo, incluso los momentos más oscuros adquieren una luz diferente, que da certeza y deseos de entregar la vida por los demás. Sientes que las tristezas y angustias de la humanidad, así como los gozos y esperanzas son también tuyos. Esto se llama VOCACION RELIGIOSA, pues es precisamente Él, el que está tocando tu interior y te está haciendo parte de su proyecto. 

martes, 10 de noviembre de 2015

LA VOCACION




La respuesta al llamado de Dios, te lanza a aquello que aparentemente parece el vacío, pero que en realidad son los brazos de Aquel que ha estado contigo desde toda la eternidad y se goza en seguir contigo cada minuto de tu existencia, dando señales de su búsqueda, anhelando una respuesta de tu parte, y eso se llama inquietud dentro de ti, la que se sufre y se goza. Se sufre, porque el camino de fe no es fácil, requiere esfuerzo y dejar atrás lo viejo,  y se goza porque la plenitud del ser humano se realiza en sintonía con esa fe, experimentando a cada paso el ser hombres y mujeres nuevos, libres para amar y abiertos a las humanidad. Qué hay dentro de ti? Qué te despierta la necesidad del mundo? Qué resuena en tu interior de ese silbo amoroso del Dios que por medio de su palabra, busca y hiere? 

Canto: Gloria (misa 500 años)

  Canto: Gloria (misa 500 años) En las alturas gloria al Señor y en todas las naciones al hombre paz.   Te alabamos te bendecimos,...