lunes, 27 de marzo de 2017

VOCACION ILUMINADA

VOCACION ILUMINADA. 4º Domingo de Cuaresma (VISIÓN)


 El que verdaderamente “ve” ha alcanzado la fe. Responder a la llamada es culmen de un proceso de recuperación de la visión, de corrección de las distorsiones perceptivas. Pues al final es Jesús mismo la luz.

* El ciego de nacimiento es un paradigma de la ceguera humana, una ceguera contagiosa. Vemos poco y mal. Nos fijamos en las apariencias. No conocemos en profundidad a los demás. Y nos conocemos demasiado poco a nosotros mismos. No acabamos de entender el sentido de la vida, ni el sentido de nuestra vida. Y andamos desorientados (sin caminos) y desanimados (sin fuerzas)

Las causas de nuestras cegueras son muchas:
- Los prejuicios que nos hacen ver las cosas de un solo color (negro, o rosa, o gris...)
- El egoísmo que no nos deja ver otra cosa distinta que a nosotros mismos
- La miopía de quien ve las cosas sólo de tejas abajo y no descubre al Señor por ningún sitio
- El daltonismo de la confusión que nos lleva a no saber distinguir lo que es verdaderamente bueno o malo para nosotros.
- Las cataratas de lo agobios y de las prisas que nos llevan a fijarnos solamente en el trabajo
- El sueño que nos mantiene con los ojos ciegos al sentido de la vida... y un sin fin de enfermedades oculares más.

Sólo Jesús puede curar al ciego de nacimiento. Sólo Jesús puede librarnos de nuestras oscuridades. Pero necesitamos la fe. Hemos de creer en su palabra y dejarnos llevar a la piscina. La piscina es la Iglesia y sus aguas salvadoras son el bautismo. Con los ojos del corazón limpios y con el corazón nutrido con esa presencia amiga del Maestro podemos ir por la vida sin tropezar, con sentido y orientación, con ánimos. El camino vocacional en si, es un caminar en la luz, un proceso de conversión cuya respuesta, entre mas autentica sea mas te acercas a la luz y mas te conviertes en luz para los demás. 

Por la fe se nos concede un exceso de luz, por el que podemos reconocer a Cristo en sus diversas presencias (en el hermano, en el pobre y necesitado, en la eucaristía, en la Palabra, en la Comunidad reunida en su nombre, en el fondo de sí mismo...) y hacerse sensible a sus llamadas e invitaciones, hasta arriesgar la propia vida. Con la luz y la fuerza del Señor llegamos a ser también luz para curar a los demás ciegos y nos convertimos en instrumentos de salvación y ese es el sentido de una respuesta vocacional. 

Canto: Gloria (misa 500 años)

  Canto: Gloria (misa 500 años) En las alturas gloria al Señor y en todas las naciones al hombre paz.   Te alabamos te bendecimos,...