VOCACION ACOMPAÑADA
3º Domingo de Cuaresma (DIÁLOGO)
La samaritana descubrió su misión evangelizadora en
proceso de diálogo, difícil pero sincero, con Jesús. El discernimiento fue
el resultado. Se acercó desafiante y salió entusiasmada. Se podría indicar
este sentido colocando sobre el camino un CÁNTARO VACÍO, junto a un POZO o una
FUENTE que mana continuamente
Región
de Samaría. Un día de calor. Una mujer va a sacar agua. En el brocal del pozo
está sentado un judío. Tiene cara de paz. No le importa nada. Sólo le importa
lo esencial. Es un hombre extraño: Ama;
no atrapa. Es un hombre sorprendente: no pide lo que piden todos los
hombres; este hombre lleva a la persona a su verdad, a su intimidad, a su
propia responsabilidad. Este hombre es la Verdad, dice la Verdad y pone en
camino hacia la Verdad. No se ha visto un caso semejante.
Y ello penetra al sentido de nuestra vida, a nuestra
vocación, a esa llamada que desde lo más profundo nos está afectando. Porque
todos somos sedientos de vida. Pero no hacemos nada más que beber en aguas que
no quitan la sed:
- Sentimos
necesidad de amor, pero bebemos egoísmo para aplacar la sed.
- Sentimos
necesidad de felicidad y bebemos entretenimientos pasajeros.
- Sentimos
necesidad de hondura y nos alimentamos de superficialidad que vacía el
corazón
Quien se acerca a este Hombre experimenta que lo esencial
es lo único que quita la sed. Más aún, sentimos como la Samaritana que lo
fundamental es creer en Él y seguir sus pasos.
Tu a que agua te acercas? Desde donde buscas dar sentido
a tu vocación?