INTENCIÓN DEL DÍA. Por las jóvenes y los jóvenes
en formación al sacerdocio y a la vida consagrada.
ORACION
Oh Santa
Teresita del Niño Jesús, que has sido justamente proclamada Patrona de las Misiones de todo el
mundo: acuérdate de los ardientes deseos que mostrarte, cuando vivías en
la tierra, de querer plantar la Cruz de Jesucristo en todas las naciones, y anunciar el
Evangelio hasta la consumación de los siglos. Te suplicamos que ayudes, según
tu promesa, a los sacerdotes, a los misioneros, a los jóvenes y las jóvenes en formación,
a las familias, a la vida consagrada, y a toda la Iglesia. Amen
HIMNO
Su gran encuentro en la cotidianidad
del Carmelo
Oigamos cómo nos
refiere la Santa la manera cómo ella encontró este camino o ascensor que nos
enseña, para que podamos subir hasta Jesús, aunque seamos pequeños y débiles en
la virtud.
"Mi constante
deseo -dice ella ha sido siempre llegar
a santa, mas ¡ay! cuantas veces me he comparado con los santos, he constatado
siempre que entre ellos y yo existe la misma diferencia que observamos en la
naturaleza entre una montaña cuya cumbre se pierde en las nubes y el obscuro
grano de arena, pisado por los viandantes."
"En vez de
desalentarme, me he dicho: Dios no inspira deseos irrealizables; puedo, pues, a
pesar de mi pequeñez, aspirar a la santidad. ¡Engrandecerme, es imposible! He
de soportarme tal como soy, con mis innumerables imperfecciones; pero quiero
buscar la manera de ir al cielo, por un caminito muy recto, muy corto, por un
caminito enteramente nuevo. Estamos en un siglo de inventos; hoy día, no es
menester ya fatigarse en subir los peldaños de una escalera; en las casas ricas
hay un ascensor que lo sustituye con ventaja. Quiero también encontrar un
ascensor para re montarme hasta Jesús, puesto que soy demasiado pequeña para
subir por la ruda escalera de la perfección."
"He pedido.
entonces, a los Libros Santos que me indiquen el ascensor deseado, y he
encontrado estas palabras pronunciadas por boca de la misma Sabiduría eterna:
Si alguno es pequeñito que venga a mi. Me he acercado, pues, a Dios, adivinando
que había encontrado lo que buscaba, y, al querer saber lo que hará Dios con el
pequeñito, he proseguido buscando, y he aquí lo que he encontrado: Como una
madre acaricia a su hijito, así os consolaré yo: a mi pecho seréis llevados, y
os acariciaré sobre mis rodillas".
"¡Ah!, nunca
habían venido a alegrar mi alma unas palabras tan tiernas y tan melodiosas. El
ascensor, que me ha de subir al cielo, son vuestros brazos, ¡oh, Jesús! Para
esto, no tengo ninguna necesidad de crecer, antes, al contrario, conviene que
continúe siendo pequeña y, cada día, lo sea más. ¡Oh Dios mío!, habéis ido más
lejos de lo que yo esperaba, y quiero cantar vuestras misericordias: Vos me
habéis instruido desde mi juventud, y hasta ahora he publicado vuestras maravillas:
yo continuaré publicándolas hasta mi extrema vejez".
Esta relación, tan
ingenua como sugestiva, se completa con una definición que ella misma nos da de
la infancia espiritual, según consta en Novissima Verba, de agosto. Preguntada
sobre lo que ella quería significar, en la frase, permanecer niño pequeño delante
de Dios, respondió la Santa:
"Es reconocer su
nada, esperarlo todo del buen Dios, como un niño pequeño lo espera todo de su
padre, es no inquietarse de nada, no buscar fortuna. Hasta entre los pobres se
da al niño lo que le es necesario pero en cuanto se hace mayor, su padre ya no
quiere mantenerle más y le dice: "Trabaja ahora, tú te puedes ya bastar a
ti mismo." Para no oír jamás tales palabras, por eso no he querido ser
nunca mayor, sintiéndome incapaz de ganarme la vida, la vida eterna del Cielo. Me
he quedado siempre pequeña, no teniendo otra ocupación que la de coser flores,
las flores del amor y del sacrificio y ofrecerlas al buen Dios para
complacerle.
"Ser pequeño, es también no atribuirse a si
mismo las virtudes que uno practica, creyéndose capaz de alguna cosa, antes
bien reconocer que el buen Dios pone este tesoro de la virtud en la mano de su
pequeño hijo para que se sirva de él cuando lo necesite; pero siempre es el
tesoro del buen Dios. En fin, es no desanimarse poco ni mucho por sus faltas,
porque los niños caen a menudo, pero son demasiado pequeños para hacerse mucho
daño"'
ILUMINACION BIBLICA. Isaías 49,15-16
¿Puede una mujer olvidar a su niño de
pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ellas se olvidaran, yo
no te olvidaré.
He aquí, en las palmas de mis manos,
te he grabado; tus muros están constantemente delante de mí.
Silencio contemplativo
Cuál es mi relación con Dios y como permito que sea
El, el principal formador, autor y guía de mi vida?
Que significa para mí el camino de la infancia
espiritual y como lo puedo hacer vida?
Intenciones del día.
Por todos los jóvenes y las jóvenes en formación a
la vida consagrada y al sacerdocio, para que permitan a Dios ser su principal
formador desde la actitud de un niño que deja a Dios hacer su obra en ellos.
OREMOS
Por intercesión de santa Teresita, envíanos tu
lluvia de rosas
Para que la vida consagrada, no se canse de estar en constante formación que busca lo esencial, desde la confianza de un
niño a su Padre Dios. OREMOS.
Por todos los formadores y formadoras, por los directores espirituales y promotores vocacionales, para que su
vida sea también un constante dejar que Dios actué en ellos y desde ahí, se puedan maravillarse ante lo que Dios hace en el caminar de los formandos.
OREMOS
Padre nuestro
Oración final
Padre bueno, que por medio de Santa Teresa del Niño
Jesús, quieres recordar al mundo el amor misericordioso que llena tu Corazón,
para poner en Ti, nuestra confianza como los niños en sus padres. Humildemente
te damos gracias por haber coronado de tanta gloria a tu hija Teresa, siempre
fiel, y por haberle dado la admirable misión de amarte y hacerte amar, para
acercar a ti día tras a quienes desde la sencillez y humildad siguen como
ella, el camino de la confianza y el abandono. Por Jesucristo nuestro
Señor. AMEN