LO QUE DICE ABRAHAM A MI INQUIETUD VOCACIONAL
La vocación de Abraham
La vocación de Abraham es una de las vocaciones más significativas. Abraham, el padre
de los creyentes, es un llamado. Un hombre a quien Dios habla y a
quien llama por su nombre. Y Abraham responde. Es el “amigo de Dios” (Is 41,
8). La llamada de Dios a Abraham la encontramos en Gn 12, 1. La respuesta de
Abraham, en Hb 11, 8. En la vocación de Abraham podemos descubrir los elementos
de toda verdadera vocación.
La llamada a Abraham
Dios llama a Abraham. Le invita a salir de su tierra para realizar en él y por
medio de él la bendición a todas las naciones de la tierra. Éste es el relato
de la vocación de Abraham:
“Yahveh
dijo a Abram: «Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a
la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré.
Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan
y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de la
tierra». Marchó, pues, Abram, como se lo había dicho Yahveh, y con él marchó
Lot” (Gn 12, 1-4 y ss).
En los once primeros capítulos del Génesis aparece el proyecto original de
Dios, que el hombre trastorna por el pecado. La bendición inicial queda
transformada en maldición... Y aquí, en Gn 12, en cambio, surge la solución
definitiva que Dios propone, en la persona de Abraham, como alternativa a esa
maldición merecida por el hombre.
La respuesta de Abraham
La reacción inmediata de Abraham (partió
Abram, como le había dicho el Señor) es ya una respuesta de fe que
evidencia que el don prometido se está realizando ya. Como dice la Carta a los
Hebreos, “Abraham, obediente a la llamada divina, salió hacia una tierra que
iba a recibir en posesión, y salió sin
saber a dónde iba. Por la fe vivió como extranjero en la tierra que se le
había prometido, habitando en tiendas...” (Hb 11, 8-9a). Abraham es el padre de
los creyentes porque vive por la fe. Su manera de proceder al ponerse en camino
es un fiarse de Dios más allá de las apariencias, empeñándose en ver como una
bendición lo que aparece simplemente como una maldición. Abraham ha recibido una llamada de lo alto y se fía totalmente,
esperando que se cumpla lo que se le promete.
El significado de
la bendición
“Yo haré de ti un gran pueblo, te bendeciré y haré famoso tu nombre, que será
una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te
maldigan. Por ti serán benditas todas las naciones de la tierra” (Gn 12, 2-3).
Para entender en qué consiste la bendición que Dios promete a Abraham hay que
comprender lo que significa su partida o salida. Abraham es bendecido porque parte,
porque se pone en camino.
Abraham parte con sus posesiones y con su familia, pero deja su tierra. Su partida reviste un hondo significado: supone para Abraham un total desarraigo,
como consecuencia de su asentimiento a la llamada de Dios. De hecho queda a la
intemperie. A causa de su partida, Abraham se convierte en Ger (un extranjero): vive en un país que
no es el suyo, no tiene derechos, no posee ninguna tierra y lo único que tiene es una promesa de Dios, de quien se fía plenamente.
Todo en la historia de Abraham parece llevar el sello de la contradicción y
estar envuelto en el misterio.
¿Qué hace Abraham al llegar a la tierra prometida?: Abraham
levantó allí un altar al Señor, que se le había aparecido. Abraham,
fiel siempre al Señor, creyendo en la promesa a pesar de todo, será causa de
bendición porque en la maldición no maldijo a Dios, sino que lo bendijo
levantando un altar en su honor.
La Biblia nos muestra el proyecto divino sobre los hombres y mujeres a través de la
figura de Abraham como el intento definitivo de Dios de recuperar una realidad
humana que parecía irrecuperable. Con la creación Dios había comenzado su
proyecto de bien, su bendición para la humanidad. Pero el pecado del hombre
trastornó todo. Con la llamada a Abraham
y con su respuesta fiel, las cosas volvieron a enderezarse. De nuevo, la
bendición de Dios se hacía posible para todos los hombres y mujeres. Es decir que el llamado, lleva consigo abrazar el proyecto de Dios que
quiere volver a levantar a la humanidad caída. Como joven, podría vibrar con
este proyecto de Dios, seria parte de mis intereses?