viernes, 9 de octubre de 2015
martes, 15 de septiembre de 2015
CREDO DE LA VIDA CONSAGRADA
CREDO DE LA VIDA CONSAGRADA
Creo en la belleza de nuestra Vida Consagrada, porque surge y se renueva
continuamente de la Fuente del Espíritu, porque ha surgido del Corazón del
Padre que nos ha llamado a seguir a su Hijo Jesucristo, para construir su
Reino, para apasionarnos por su misma pasión: “que todos los hombres (y
mujeres) se salven, y lleguen al conocimiento de la Verdad”.
Creo en su belleza porque hace que personas como nosotros, vivamos con “Luz
en los ojos, Palabra en los labios y Fuego en el corazón”, es decir, porque la
gracia de nuestra hermosa vocación nos da una nueva mirada, una nueva palabra,
una nueva pasión.
Creo en su belleza porque quién como ella sabe “acompasionarse”, mirar con
pasión y compasión la realidad sufriente, que escucha con respeto a cada
persona, se interesa sinceramente por el bien de cada una, sabe estar ahí donde
pocos llegan, porque cuida de la vida con ternura, con entrega, con
perseverancia, aunque esto suponga la entrega de la propia vida, hasta la misma
muerte.
Creo en su belleza porque he visto tantos rostros de religiosas y
religiosos desgastados por los años, por la enfermedad, pero plenos de luz y de
felicidad, rostros convencidos que aquí no lo han visto todo, porque “el ojo no
puede ver, el oído no puede escuchar, la mente no puede pensar” lo que nos
prepara Su Amor. Rostros crucificados, muy parecidos al de Jesús, porque han
corrido con fortaleza “la prueba” con los ojos fijos en Él, “el Autor y
consumador” de su Fe. Y dicen que nos vamos pareciendo a lo que contemplamos.
Creo en su belleza, en la belleza de una mujer y de un hombre enamorados de
Dios, y por lo mismo, enamorados de la humanidad, de la creación; belleza
inigualable, que se gesta en el silencio orante, fiel, perseverante, en esa capacidad
de cuidar el amor, el corazón, para que el fuego no se apague y el amor se
mantenga vivo y fecundo.
Creo en esa belleza de la Vida Consagrada, que no es de pasarela, sino que
va a pie de calle, cotidiana, oculta, pequeña, muchas veces envuelta en
modestia, polvo, barro, piel ajada, pies partidos…
Creo en la belleza de la alegría de quien vive libre y dándose, de quien
tiene por consigna servir al estilo de Jesús, lavando los pies de cada persona,
y que conjuga tan bien el hecho de estar ya sea en una cátedra así como
sirviendo la mesa de su comunidad, que puede sumergirse en las grandes
teologías y al mismo tiempo entender lo pequeño y cotidiano como lugar
teológico.
Creo en la belleza del vivir en comunión, de una Vida Religiosa tan humana
que se ejercita continuamente en el perdón, en la tolerancia, en el salir de
sí, pues lleva “este Tesoro en vasos de arcilla”. Creo en la belleza de esta
familia que tiene la consanguineidad del Espíritu, y que por eso, la casa donde
mora es toda de fuego, es de caridad, es de humanidad.
Creo en la belleza de la Vida Consagrada, no en aquella encerrada en sí
misma y alejada, sino esa belleza que está atenta al mundo, al cosmos, a cada
persona humana, para estar evangélicamente, oportunamente, acompañando sus
gozos y sus penas, sus noches y sus días, sus luchas y logros, y hasta
cambiando y moviéndose de sus lugares para encarnar el amor solidario.
Creo, en la belleza de hombres y mujeres que están como centinelas,
alertando en la noche la desesperanza, y adelantando el amanecer con su
confianza inamovible en el amor de Dios, con su optimismo evangélico, con su
certeza de que Dios camina a nuestro lado y que sigue asumiendo y tomando por
su cuenta la suerte de los pobres y de todos los que en Él han puesto su
confianza.
Creo en la belleza de la Vida Religiosa que camina como discípula y
misionera, que no da paso sin escucha atenta a la Palabra, que se desinstala de
sus seguridades, que está dispuesta a cambiar, en cuanto el Espíritu se lo
inspira, sus “cómo” y sus “dónde”, con fidelidad creativa, recreando su misión
y su carisma, llevada por el soplo del Espíritu.
Creo en la belleza de la Vida Religiosa capaz de hacer felices a tantas y
tantos jóvenes que han encontrado en ella su casa, su espacio ecológico, donde
se respira evangelio, mística y profecía, Dios y humanidad.
Creo en su belleza porque se parece a Betania cuando recrea el encuentro,
la amistad, las lágrimas de Jesús, la escucha de María, la hospitalidad de
Martha, el perfume del amor donado hasta romperse.
Creo, por fin, en la belleza de su
inquebrantable esperanza, al seguir de pie en medio de incertidumbres,
descalificaciones, debilitamientos, pobrezas, disminución, fragilidad, porque
sabe muy bien “en quien tiene puesta su confianza y que Aquél que ha iniciado
la obra no la abandonará”.
Hna. Mercedes Leticia Casas Sánchez,
F.Sp.S. Presidenta de la C.L.A.R.
P. Gabriel Naranjo Salazar, C.M. Secretario General de la C.L.A.Rmiércoles, 29 de julio de 2015
Tu me llamaste
Cantando las misericordias del Dios, desde su llamado a ser CMST.
Oré y sentí muy fuerte el llamado de Dios, lo que compartí con mi mamá y ella me ayudó a buscar. Después de un tiempo de búsqueda, el sacerdote de mi parroquia me dio un directorio nacional de todas las congregaciones de Estados Unidos. Y fue a través del directorio, por la gracia de Dios, que encontré a las Carmelitas Misioneras de Santa Teresa. Desde un principio sentí que ese era el lugar a donde Dios me llamada.
En vísperas de los votos perpetuos de la hna. Herlinda Cardenas Arce
lunes, 20 de julio de 2015
Entrada al noviciado
DESDE LA ALEGRÍA DE INICIAR EL NOVICIADO, PORQUE EL DIOS PROVIDENTE SIGUE ESTANDO GRANDE CON NOSOTRAS!
GRACIAS A TODOS POR SU ORACIÓN. Y SI TU SIENTES QUE DIOS TE LLAMA, NO DUDES EN DECIRLE QUE SI. VALE LA PENA GASTAR LA VIDA POR EL REINO, PUES SOLO UNA VEZ SE VIVE.
viernes, 3 de julio de 2015
Renovacion de votos 2015
Cada renovación de nuestros votos es un volver a experimentar que Dios esta ahí, siempre fiel, como la zarza ardiendo que no se consume.
lunes, 11 de mayo de 2015
martes, 14 de abril de 2015
JORNADA MUNDIAL DE ORACION POR LAS VOCACIONES
52 JORNADA MUNDIAL DE ORACIONPOR LAS VOCACIONES (26 de
Abril del 2015)
MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO
''Queridos hermanos y hermanas:
El cuarto Domingo de Pascua nos presenta el
icono del Buen Pastor que conoce a sus ovejas, las llama por su nombre, las
alimenta y las guía. Hace más de 50 años que en este domingo celebramos la
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Esta Jornada nos recuerda la
importancia de rezar para que, como dijo Jesús a sus discípulos, ''el dueño de
la mies… mande obreros a su mies''. Jesús nos dio este mandamiento en el
contexto de un envío misionero: además de los doce apóstoles, llamó a otros
setenta y dos discípulos y los mandó de dos en dos para la misión.
Efectivamente, si la Iglesia ''es misionera por su naturaleza'', la vocación
cristiana nace necesariamente dentro de una experiencia de misión. Así,
escuchar y seguir la voz de Cristo Buen Pastor, dejándose atraer y conducir por
él y consagrando a él la propia vida, significa aceptar que el Espíritu
Santo nos introduzca en este dinamismo misionero, suscitando en nosotros el
deseo y la determinación gozosa de entregar nuestra vida y gastarla por la
causa del Reino de Dios.
Entregar la propia vida en esta actitud misionera
sólo será posible si somos capaces de salir de nosotros mismos. Por eso, en
esta 52 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, quisiera reflexionar
precisamente sobre ese particular ''éxodo'' que es la vocación o, mejor aún,
nuestra respuesta a la vocación que Dios nos da. Cuando oímos la palabra
''éxodo'', nos viene a la mente inmediatamente el comienzo de la maravillosa
historia de amor de Dios con el pueblo de sus hijos, una historia que pasa por
los días dramáticos de la esclavitud en Egipto, la llamada de Moisés, la
liberación y el camino hacia la tierra prometida. El libro del Éxodo. el
segundo libro de la Biblia, que narra esta historia, representa una parábola de toda la historia
de la salvación, y también de la dinámica fundamental de la fe cristiana. De
hecho, pasar de la esclavitud del hombre viejo a la vida nueva en Cristo es la
obra redentora que se realiza en nosotros mediante la fe. Este paso es un
verdadero y real ''éxodo'', es el camino del alma cristiana y de toda la
Iglesia, la orientación decisiva de la existencia hacia el Padre.
En la raíz de toda vocación cristiana se
encuentra este movimiento fundamental de la experiencia de fe: creer quiere
decir renunciar a uno mismo, salir de la COMODIDAD
y rigidez del propio yo para centrar
nuestra vida en Jesucristo; abandonar, como Abrahán, la propia tierra
poniéndose en camino con confianza, sabiendo que Dios indicará el camino hacia
la tierra nueva. Esta ''salida'' no hay que entenderla como un desprecio de la
propia vida, del propio modo sentir las cosas, de la propia humanidad; todo lo
contrario, quien emprende el camino siguiendo a Cristo encuentra vida en
abundancia, poniéndose del todo a disposición de Dios y de su reino. Dice
Jesús: ''El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer,
hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna''. La raíz
profunda de todo esto es el amor. En efecto, la vocación cristiana es sobre
todo una llamada de amor que atrae y que se refiere a algo más allá de uno
mismo, descentra a la persona, inicia un ''camino permanente, como un salir del
yo cerrado en sí mismo hacia su liberación en la entrega de sí y, precisamente
de este modo, hacia el reencuentro consigo mismo, más aún, hacia el
descubrimiento de Dios''.

La experiencia del éxodo es paradigma de la
vida cristiana, en particular de quien sigue una vocación de especial
dedicación al servicio del Evangelio. Consiste en una actitud siempre renovada
de conversión y transformación, en un estar siempre en camino, en un pasar de
la muerte a la vida, tal como celebramos en la liturgia: es el dinamismo
pascual. En efecto, desde la llamada de Abrahán a la de Moisés, desde el
peregrinar de Israel por el desierto a la conversión predicada por los
profetas, hasta el viaje misionero de Jesús que culmina en su muerte y resurrección,
la vocación es siempre una acción de Dios que nos hace salir de nuestra
situación inicial, nos libra de toda forma de esclavitud, nos saca de la rutina
y la indiferencia y nos proyecta hacia la alegría de la comunión con Dios y con
los hermanos. Responder a la llamada de Dios, por tanto, es dejar que él nos
haga salir de nuestra falsa estabilidad para ponernos en camino hacia
Jesucristo, principio y fin de nuestra vida y de nuestra felicidad.
Esta dinámica del éxodo no se refiere sólo a la
llamada personal, sino a la acción misionera y evangelizadora de toda la
Iglesia. La Iglesia es verdaderamente fiel a su Maestro en la medida en que es
una Iglesia ''en salida'', no preocupada por ella misma, por sus estructuras y
sus conquistas, sino más bien capaz de ir, de ponerse en movimiento, de
encontrar a los hijos de Dios en su situación real y de compadecer sus heridas.
Dios sale de sí mismo en una dinámica trinitaria de amor, escucha la miseria de
su pueblo e interviene para librarlo. A esta forma de ser y de actuar está
llamada también la Iglesia: la Iglesia que evangeliza sale al encuentro del
hombre, anuncia la palabra liberadora del Evangelio, sana con la gracia de Dios
las heridas del alma y del cuerpo, socorre a los pobres y necesitados.
Queridos hermanos y hermanas, este éxodo
liberador hacia Cristo y hacia los hermanos constituye también el camino para
la plena comprensión del hombre y para el crecimiento humano y social en la
historia. Escuchar y acoger la llamada del Señor no es una cuestión privada o
intimista que pueda confundirse con la emoción del momento; es un compromiso
concreto, real y total, que afecta a toda nuestra existencia y la pone al
servicio de la construcción del Reino de Dios en la tierra. Por eso, la
vocación cristiana, radicada en la contemplación del corazón del Padre, lleva
al mismo tiempo al compromiso solidario en favor de la liberación de los
hermanos, sobre todo de los más pobres. El discípulo de Jesús tiene el corazón
abierto a su horizonte sin límites, y su intimidad con el Señor nunca es una
fuga de la vida y del mundo, sino que, al contrario, ''esencialmente se
configura como comunión misionera''.
Esta dinámica del éxodo, hacia Dios y hacia el
hombre, llena la vida de alegría y de sentido. Quisiera decírselo especialmente
a los más jóvenes que, también por su edad y por la visión de futuro que se
abre ante sus ojos, saben ser disponibles y generosos. A veces las incógnitas y
las preocupaciones por el futuro y las incertidumbres que afectan a la vida de
cada día amenazan con paralizar su entusiasmo, de frenar sus sueños, hasta el
punto de pensar que no vale la pena comprometerse y que el Dios de la fe
cristiana limita su libertad. En cambio, queridos jóvenes, no tengáis miedo a
salir de vosotros mismos y a poneros en camino. El Evangelio es la Palabra que
libera, transforma y hace más bella nuestra vida. Qué hermoso es dejarse
sorprender por la llamada de Dios, acoger su Palabra, encauzar los pasos de
vuestra vida tras las huellas de Jesús, en la adoración al misterio divino y en
la entrega generosa a los otros. Vuestra vida será más rica y más alegre cada
día.
La Virgen María, modelo de toda vocación, no
tuvo miedo a decir su ''fiat'' a la llamada del Señor. Ella nos acompaña y nos
guía. Con la audacia generosa de la fe, María cantó la alegría de salir de sí
misma y confiar a Dios sus proyectos de vida. A Ella nos dirigimos para estar
plenamente disponibles al designio que Dios tiene para cada uno de nosotros,
para que crezca en nosotros el deseo de salir e ir, con solicitud, al encuentro
con los demás. Que la Virgen Madre nos proteja e interceda por todos
nosotros''.
sábado, 4 de abril de 2015
FELIZ PASCUA DE RESURRECCION
FELIZ PASCUA DE RESURRECCION, LES DESEAMOS LAS CARMELITAS MISIONERAS DE SANTA TERESA
Hemos venido de prisa
en busca de la esperanza
Oh Dios! la tumba vacía
Oh novedad, no planeada
Temor ante tu misterio
Lo que nadie imaginaba
Y es que se hacían realidad
Tus palabras anunciadas
Alegría nunca vivida,
la muerte al fin derrotada
la muerte al fin derrotada
la fe y el amor despiertos
Deseos de cantar tu pascua
Nosotras queríamos verte
Y tú que ya nos buscabas
Nos nombrabas tus apóstoles
de la noticia deseada
Vayan allá, a Galilea
Griten al mundo el gozo,
de noticia esperada
díganles que estoy vivo
Que ahí estará mi morada
No tengan miedo mujeres
Yo estaré con ustedes
Yo les confió mi palabra
Canten la vida en sus vidas
Amen y siéntanse amadas
jueves, 12 de marzo de 2015
LA VOCACION DE MARIA
MEDITA!!!!!
Lc 1,26-38
Al sexto mes fue enviado por Dios el angel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret a una virgen desposada con un hombre llamado Jose de la casa de David; el nombre de la Virgen era Maria. Y entrando le dijo: Alegrate llena de gracia, el Senor esta contigo.
El ángel le dijo: "No temas, María,
porque has hallado gracia delante de Dios;Al sexto mes fue enviado por Dios el angel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret a una virgen desposada con un hombre llamado Jose de la casa de David; el nombre de la Virgen era Maria. Y entrando le dijo: Alegrate llena de gracia, el Senor esta contigo.
Ella se
conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin." María respondió al ángel: "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?" El ángel le respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios." Dijo María: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y el ángel dejándola se fue.
CARACTERISTICAS DE UNA VOCACION, DESDE EL PASAJE DE LA ANUNCIACION
A una persona concreta: Una Virgen desposada con José
En un dialogo personal: Le saluda con el nombre de María
Dios toma la iniciativa: El Ángel Gabriel fue enviado por Dios
Con una Misión concreta: Vas a concebir y a dar a luz un Hijo
Para un servicio a los demás: El será grande y será llamado Hijo del altísimo (será el Salvador)
Es un encuentro envuelto en la fe: Como podrá ser esto, pues yo no conozco varón?
Vocación que surge y se fortalece a la escucha de la Palabra: Hágase en mi según su palabra.
PREGUNTALE A DIOS...
Atreve a preguntarle como María: como podría ser
esto? Que plan tienes preparado para mi? Y simplemente deja que el tiempo pase
en tu encuentro con El.
SILENCIO CONTEMPLATIVO
martes, 10 de marzo de 2015
Retiro Vocacional México
Dios llama a todos, pero sólo escuchan su llamado los que
libremente sintonizan con su corazón.
¿Eres una joven con una sana intención de descubrir si Dios te llama a la vida religiosa? ¿Qué urgentes necesidades llaman tu atención? ¿Qué sufrimiento del pueblo te conmueve?
¡TE INVITAMOS!
RETIRO
Confirma tu asistencia o envía un correo para
aclarar tus dudas:
ofelaluna@gmail.com
Hna. Saraí
casa 55 53 96 34 57
Hna. Ofelia
Oficina: 74 44 46 06 42
También puedes dejar tus datos y nosotras nos comunicamos
|
domingo, 1 de marzo de 2015
TE INVITAMOS
«La vocación no es fruto de ningún proyecto humano o de una hábil estrategia organizativa. En su realidad más honda, es un don de Dios». Benedicto XV.
Has tuya la oportunidad que Dios te ofrece. Te esperamos
Has tuya la oportunidad que Dios te ofrece. Te esperamos
martes, 24 de febrero de 2015
lunes, 23 de febrero de 2015
Historia de mi Vocacion
Hna. Ma. Soledad Lucía del Corazón Inmaculado
María Soledad Orozco Juárez
1. Nací en México, D.F. el
5 de noviembre de 1934, en la Colonia Anáhuac, antes “Santa Julia”, muy cerca
de Lago Texcoco donde vivieron nuestras Madres Fundadoras. Doy gracias a nuestro
Padre Dios y a Ellas porque considero que mi vocación es fruto de sus oraciones
y vida ejemplar.
Mis padres fueron el Sr. Vicente Orozco
Amescua, originario de México, D.F. y la Sra. Raquel Juárez González, nacida en
Acolman, Estado de México; que en Dios gocen. A la mayor brevedad
posible, me bautizaron.
Como
a los seis o siete años de edad, me llevaron a vivir a Acolman, lugar de origen
de mi mamá. Allí crecí y viví hasta que ingresé a la congregación.
2. REALIDAD FAMILIAR: Dios,
nuestro Señor, me concedió la gracia de nacer en una familia cristiana donde
aprendí el amor a ÉL y al prójimo en la práctica, particularmente de mi abuelita
materna, Inés, pues era sumamente caritativa.
Como
no había sacerdote en el pueblo, mi abuelita cuidaba de mantener algunas buenas
costumbres de devoción, como ofrecimiento de flores -que de niña disfruté mucho-,
los meses de mayo y junio en honor de nuestra Madre Santísima y al Sagrado
Corazón de Jesús. También cuidaba de la limpieza de los altares y floreros; en
esta tarea se hacía ayudar de mí.
Esta
abuelita mía fue una mujer muy orante; con frecuencia y en silencio, gustaba de estar ante el Santísimo
Sacramento.
La
formación cultural familiar en general fue elemental; mi abuelita no sabía
leer, pero todos los demás sí. Nuestra situación económica estuvo marcada por
la pobreza, aunque no miseria, pues siempre hubo para compartir con las
personas necesitadas que acudían a solicitar ayuda.
3. En 1950, cuando yo tenía 16 años de edad, se erigió la parroquia
de San Agustín Acolman. El P. Antonio Arreola fue nombrado párroco. Este sacerdote
tiene dos hermanas en nuestra congregación: Áurea de Santa Teresita, Arreola Arellano y Carmen Adriana de la Virgen
del Carmen, Arreola Arellano.
El P.
Antonio venía de la colonia Industrial, México, D.F., donde fue vicario, encargado
de la Acción Católica. Como era muy activo, inmediatamente nos puso a trabajar.
Fundó la Acción Católica de adultos y jóvenes. Invitó a las señoritas de la A. C.
J. M. de dicha colonia para que nos dieran clases de costura, bordado, cocina y
formación familiar. Él nos daba clases de moral.
A
algunas jóvenes nos puso a dar catecismo y a juntar niños todos los días para
llevarlos a misa temprano. Así que nos hicimos de comunión diaria. Además nos
ensayó y presentamos algunas obras de teatro como “CRISTO VENCE” y otras.
4. Por este tiempo tuve la dicha de conocer a nuestra congregación,
por medio del papá de nuestro párroco, Don Juan Arriola; quien me invitó a la Toma
de Hábito de su hija, Carmen Adriana, sobrina de la M. Bernardita de la Inmaculada, Arellano Soto. La ceremonia de la Toma
de Hábito me emocionó tanto que me la pasé llorando.
El
señor Juanito, ya mencionado arriba, que posiblemente me estuvo observando,
pues ya me había dicho una vez que yo iba a ser monjita, al salir de la
ceremonia, se me acercó y me preguntó: “¿Te
quieres quedar?”. Le dije que no pues, aún no tenía claro si Dios me llamaba a
la vida consagrada. Pero en adelante ya no se me olvidó la experiencia vivida.
5. Recuerdo
que en mi adolescencia, al ver una película de la Pasión del Señor Jesús, quedé
impactada de su fuerte personalidad y misión. Pero ahí quedó todo, porque aún
no conocía la vida religiosa. No había promoción espiritual en mi pueblo. Este
acercamiento a la congregación fue el otro medio que me ayudó a descubrir mi
vocación.
Ahora entiendo que nuestra Madre Santísima me
llamaba al Carmelo, pues cuando conocí su bendito Hábito, me gustó tanto que lo
vestí seis meses, sin antes haberla conocido bajo esta advocación.
6. El
señor Juanito y otras personas me acompañaron a mi primera entrevista con la M.
Piedad, en el Sanatorio “Piazza”. Después de un año de discernimiento, ingresé a la congregación, los primeros
días de mayo de 1953. Me recibió la M. Piedad de Cristo Rey, Pérez Cardiel,
entonces Superiora General (q. e. p. d.).
Hice
mi postulantado en Acuitzio del Canje,
Michoacán, siendo superiora local la M. Albertina del Sagrado corazón, Rangel Franco, quién se encargó de
probar mi vocación.
La
devoción a nuestra Madre Santísima, la espiritualidad de Santa Teresita del
Niño Jesús y la devoción a nuestro Padre Señor San José fueron mi apoyo y mi
fortaleza durante este tiempo, en las pruebas del postulantado.
Este
tiempo de formación inicial duró un año siete meses, porque nunca supe que
debía solicitar por escrito mi admisión al noviciado. Hasta que la M. Trinidad de San José, Sánchez Rivas, Consejera General – que en paz descanse
- pidió a la M. Albertina que me llevara al noviciado, pues otro grupo ya iba a
entrar a Ejercicios Espirituales, para un nuevo ingreso.
7. En Diciembre de 1954,
AÑO MARIANO, pasé el noviciado. La M. Bernardita fue mi maestra de novicias y submaestras, las Madres Teresa Margarita del Niño Jesús Sánchez Arreola; Luz Teresa de Jesús,
Arellano Martínez y Oralia Aragón A.
Hice
mi primera profesión el 8 de diciembre
de 1956. En ese tiempo había un promedio de 125 Novicias. Mis compañeras de
profesión son: Ma. Auxilio del Monte
Carmelo, Palomino Galán, (que de Dios goce); Lourdes Graciela de María, Sánchez Ávila y Aurora Elena de la Cruz. García
Anaya.
Anexo
una copia de la carta que envié a mi párroco (mencionado al principio) para
invitarlo a mi profesión religiosa; en ella se puede apreciar ya mi deseo de
configuración con Cristo.
Transcripción
de esta carta:
“J. M. J. T. Sto. Noviciado, Noviembre 20 de
1956.
Pbro.
Antonio Arriola:
Que
la Reina Inmaculada lo proteja siempre.
Amado
padre en el Corazón de Cristo: tengo el gusto de dirigirme a Ud. con el fin de
saludarlo, deseándole paz y felicidad en Cristo.
Tal
vez le extrañe que le escriba pues durante mi Noviciado nunca lo hice, pero el
cariño y gratitud para quien hizo tanto bien a mi alma (en Jesucristo Ntro.
Sr.) aumenta cada día, por lo que he sentido el deseo de ser generosa
sacrificando el deseo de escribirle para que el Sr. lo colme de bendiciones y
de gracias para que su apostolado sea más fecundo.
El
tiempo ha pasado, por lo que hoy tengo sumo placer en hacer a Ud. partícipe de
mi incomparable dicha, al comunicarle que por la misericordia de Dios y la
caridad de las Madres, he sido admitida a la profesión Religiosa. Ya que un Padre
siempre llora, sufre, ríe y goza con su hijo, estoy segura que compartirá mi
felicidad, porque aunque inmerecidamente, lo se: soy uno de los frutos de sus
sufrimientos y ¿por qué no decirlo? de las lágrimas de su corazón celoso de la
gloria de Dios. Hoy más que nunca comprendo el Espíritu que lo anima, y su gran
deseo de salvar las almas, aunque para ello tenga que morir a sí mismo pues no
olvida que -si el grano de trigo cayendo en la tierra no muere-, quedará él
solo; pero si muere dará mucho fruto. No hay duda que para hacer bien a las
almas hay que sufrir por ellas, hay que amarlas como Jesús y como él, clavarse
en la cruz por ellas.
Adelante,
padre Toño, que le espera una corona en el cielo; se que no es sólo esto lo que
lo mueve a obrar el bien, sino la gloria de Dios, pero Ntro. buen Dios no se
queda con nada.
En
cuanto a mi, deseo con ansias que se llegue el feliz momento en que, aunque
indigna, por la profesión Religiosa quedaré convertida no sólo en víctima sino
en sacerote y altar, donde me inmolaré yo misma a cada instante para la gloria
de Dios y la salvación de las almas. Más para que la víctima sea agradable a
Dios debe ser pura. “Escogerán un cordero sin mancha...dijo el Sr. a Moisés”.
He ahí
uno de mis principales campos de combate, que consiste en conservarme pura y
conservar en mi alma la gracia Santificante a cualquier precio. Mi debilidad es
mucha y mis defectos no son menores, más no soy yo sino Dios quien trabaja en
mí.
Me
encomiendo mucho a sus oraciones para corresponder con fidelidad a la gracia. Dios
mediante el 26 de este, entraremos a ejercicios; no se olvide de pedir especialmente
en estos días para que conozca con claridad el camino por el cual Dios me
quiere llevar.
Y
pasando a otra cosa me permito pedir a Ud. una gracia, que se digne aceptar
acompañarme como padrino de profesión Religiosa; se que no merezco tal gracia
pero confío en la misericordia de Dios y la bondad de Ud. que me lo concederá;
me sentiré altamente honrada con su presencia y son tantos los deseos de verlo
que sólo de pensar que no venga siento un profundo dolor porque pienso que tal
vez no lo vuelva a ver nunca; pero si Dios me pide este sacrificio trataré de
aceptarlo con la sonrisa en los labios, animada con el pensamiento de que lo
veré en el cielo.
Padre,
como Ud. y mi Madre Maestra yo también he sentido el deseo de ser misionera;
pero como no se hablar no me es posible trabajar en pleno campo de misión; por
eso me quedo en la retaguardia; así que mientras Ud. trabaja, yo estaré como
lámpara a los pies de Jesús, pidiendo por la fecundidad de su Apostolado.
Padre
Toño, sembremos y dejemos al Sr. que recoja la mies.
Su hija que le pide la bendiga.
Firma: Hna. Lucía del
C. Inmaculado, C. T. D.”
Desafortunadamente
mi proceso ha sido lento por mi falta de correspondencia a la gracia, pero el
Señor no deja de motivar e impulsar cotidianamente mi proceso llevando el hilo
conductor de mi vida a la meta que es Él.
8. El 8 de diciembre de 1961
hice mis Votos Perpetuos en Perú Illinois U.S.A. en
manos de la M. Clotilde quien era mi superiora -que en paz descanse-.
El 18 de diciembre de 1981 celebré mis “Bodas
de Plata” en México, D.F., colaborando como profesora en el colegio “Rafael
Rossi”.
9. La
iluminación del Espíritu Santo y la formación que me ha dado la congregación,
han ido abriendo en mí horizontes nuevos para realizar las responsabilidades
que me han sido encomendadas.
El
estar con Jesús, en contacto con su Cuerpo y con su Sangre en la Eucaristía, en
la oración y en la vida de comunidad, me han ido enseñando a escuchar y
reconocer la voz de Dios que me ha ido liberando de mis esclavitudes al
degustar la ternura de su amor.
El
camino que he recorrido hasta aquí ha transcurrido entre luces y sombras en fe activa y creativa -según mis
posibilidades- en actitud orante,
para poder ser fiel al amor de Dios, especialmente en los momentos de
purificación y pruebas necesarias para madurar y crecer en medio del dolor y
gozo Pascual, tratando de descubrir la voluntad de Dios, y en un esfuerzo
cotidiano para poner en práctica lo que voy entendiendo es voluntad de Dios; uniendo la fe con la vida.
10. Mi
amor a Dios TRINIDAD ha sido gradual.
La
persona de Jesús me llevó al amor filial
y confiado con el Padre y el amor de los dos me ha ayudado a descubrir y
amar intensamente al Espíritu Santo.
Actualmente
mi relación de amistad con Dios Trinidad en la oración es de amor, confianza y
compromiso. Siento que el amor de Dios me desborda y me pregunto: ¿Cómo
corresponder al amor de Dios que me ha dado tanto?
Quisiera
hacer muchas cosas. Pero, ¡ay! ¡Puedo hacer tan poco! No obstante experimento
en mí una enorme necesidad de colaborar para que Dios sea conocido y amado como
ÉL merece ser amado. Además, también el clamor del pueblo llega muy fuerte a mi
corazón, especialmente el dolor de los que más sufren en todos los aspectos,
los pobres.
ORACIÓN:
SEÑOR, Dios mío, al recordar la invitación que
me hiciste para vivir más cerca de ti y tomar mayor conciencia
de lo que significa esta bella deferencia de tu infinita misericordia, de lo
profundo de mi ser brota un gran deseo de amarte más cada día y con humildad
decirte sencillamente: ¡GRACIAS!
Con la ayuda de tu gracia
renuevo mi promesa de seguirte de cerca para que se realice el proyecto de amor
que tienes para mí, colaborando para que tu Reino se haga presente en toda la
humanidad.
Señora y Madre mía, en tu advocación del Carmen,
gracias por haberme traído a tu casa y por ir labrando en mi la imagen de tu
Hijo amado.
Gracias,
también a ti, Padre, Señor San José, por tu poderosa protección e intercesión.
Gracias,
Madres Fundadoras, por su sí al
llamado recibido de Dios para que nuestra amada congregación pudiera ser
posible. Imploro su valiosa intercesión para que seamos fieles instrumentos del
amor de Dios a nuestros hermanos y hermanas AMEN.
lunes, 16 de febrero de 2015
DIOS LLAMA A ABRAHAM
LO QUE DICE ABRAHAM A MI INQUIETUD VOCACIONAL
La vocación de Abraham
La vocación de Abraham es una de las vocaciones más significativas. Abraham, el padre
de los creyentes, es un llamado. Un hombre a quien Dios habla y a
quien llama por su nombre. Y Abraham responde. Es el “amigo de Dios” (Is 41,
8). La llamada de Dios a Abraham la encontramos en Gn 12, 1. La respuesta de
Abraham, en Hb 11, 8. En la vocación de Abraham podemos descubrir los elementos
de toda verdadera vocación.
La llamada a Abraham
Dios llama a Abraham. Le invita a salir de su tierra para realizar en él y por
medio de él la bendición a todas las naciones de la tierra. Éste es el relato
de la vocación de Abraham:
“Yahveh
dijo a Abram: «Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a
la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré.
Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan
y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de la
tierra». Marchó, pues, Abram, como se lo había dicho Yahveh, y con él marchó
Lot” (Gn 12, 1-4 y ss).
En los once primeros capítulos del Génesis aparece el proyecto original de
Dios, que el hombre trastorna por el pecado. La bendición inicial queda
transformada en maldición... Y aquí, en Gn 12, en cambio, surge la solución
definitiva que Dios propone, en la persona de Abraham, como alternativa a esa
maldición merecida por el hombre.
La respuesta de Abraham
La reacción inmediata de Abraham (partió
Abram, como le había dicho el Señor) es ya una respuesta de fe que
evidencia que el don prometido se está realizando ya. Como dice la Carta a los
Hebreos, “Abraham, obediente a la llamada divina, salió hacia una tierra que
iba a recibir en posesión, y salió sin
saber a dónde iba. Por la fe vivió como extranjero en la tierra que se le
había prometido, habitando en tiendas...” (Hb 11, 8-9a). Abraham es el padre de
los creyentes porque vive por la fe. Su manera de proceder al ponerse en camino
es un fiarse de Dios más allá de las apariencias, empeñándose en ver como una
bendición lo que aparece simplemente como una maldición. Abraham ha recibido una llamada de lo alto y se fía totalmente,
esperando que se cumpla lo que se le promete.
El significado de
la bendición
“Yo haré de ti un gran pueblo, te bendeciré y haré famoso tu nombre, que será
una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te
maldigan. Por ti serán benditas todas las naciones de la tierra” (Gn 12, 2-3).
Para entender en qué consiste la bendición que Dios promete a Abraham hay que
comprender lo que significa su partida o salida. Abraham es bendecido porque parte,
porque se pone en camino.
Abraham parte con sus posesiones y con su familia, pero deja su tierra. Su partida reviste un hondo significado: supone para Abraham un total desarraigo,
como consecuencia de su asentimiento a la llamada de Dios. De hecho queda a la
intemperie. A causa de su partida, Abraham se convierte en Ger (un extranjero): vive en un país que
no es el suyo, no tiene derechos, no posee ninguna tierra y lo único que tiene es una promesa de Dios, de quien se fía plenamente.
Todo en la historia de Abraham parece llevar el sello de la contradicción y
estar envuelto en el misterio.
¿Qué hace Abraham al llegar a la tierra prometida?: Abraham
levantó allí un altar al Señor, que se le había aparecido. Abraham,
fiel siempre al Señor, creyendo en la promesa a pesar de todo, será causa de
bendición porque en la maldición no maldijo a Dios, sino que lo bendijo
levantando un altar en su honor.
La Biblia nos muestra el proyecto divino sobre los hombres y mujeres a través de la
figura de Abraham como el intento definitivo de Dios de recuperar una realidad
humana que parecía irrecuperable. Con la creación Dios había comenzado su
proyecto de bien, su bendición para la humanidad. Pero el pecado del hombre
trastornó todo. Con la llamada a Abraham
y con su respuesta fiel, las cosas volvieron a enderezarse. De nuevo, la
bendición de Dios se hacía posible para todos los hombres y mujeres. Es decir que el llamado, lleva consigo abrazar el proyecto de Dios que
quiere volver a levantar a la humanidad caída. Como joven, podría vibrar con
este proyecto de Dios, seria parte de mis intereses?
domingo, 15 de febrero de 2015
El llamado
La vocación es un diálogo entre tú y Dios, un diálogo que dibuja en tu interior una inquietud, pero dicha inquietud es consecuencia del Dios que te busca, porque El ha tomado la iniciativa. El profeta Jeremías fue testigo de ello y desde el, podemos comprender lo trascendental de toda vocación. Cuando esta se descubre y se da respuesta, es la realización del mismo plan de Dios quien ya te tenía consagrado o consagrada para siempre. El canto del video expresa un diálogo entre el profeta y Dios, reflejo del encuentro entre tú y Dios, como espacio de oración en la búsqueda de tu lugar en la Iglesia. En espacio de silencio y soledad se te invita a ser parte de este diálogo.
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