viernes, 29 de septiembre de 2017

NOVENO DÍA-MISIONERA HASTA LA CONSUMACIÓN DE LOS SIGLOS

INTENCIÓN DEL DÍA. Por el universo entero, las necesidades más urgentes de la humanidad y por todos los que hemos orado con fervor estos nueve días junta a Teresa.




ORACION 

Santa Teresita del Niño Jesús, que has sido justamente proclamada Patrona de las Misiones de todo el mundo: acuérdate de los ardientes deseos que  mostrarte, cuando vivías en la tierra, de querer plantar la Cruz de Jesucristo en todas las naciones, y anunciar el Evangelio hasta la consumación de los siglos. Te suplicamos que ayudes, según tu promesa, a los sacerdotes, a los misioneros, a los jóvenes y las jóvenes en formación, a las familias, a la vida consagrada, a quienes han perdido su fe y a toda la Iglesia.  Amen



HIMNO



MISIONERA HASTA LA CONSUMACION DE LOS SIGLOS
El deseo misionero que empezaba a ser una pequeña inquietud en el seno de la familia, se hace plena en su búsqueda en el Carmelo y desde la noche de la fe y su apertura a la voluntad de Dios se convierte en la actitud más trascendental y llena de plenitud, que envuelve el sentido de  toda su existencia y su apertura a la humanidad entera, abarcando generación tras generación. Actitud que solo puede salir de una fe y un amor purificado, capaz de tocar el umbral de la esperanza. Ser misionera hasta la consumación de los siglos. Lo que la lleva a la conciencia de que es posible, después de su muerte hacer caer una lluvia de rosas, porque precisamente, pasó haciendo el bien en la tierra.
Debería contentarme, Jesús mío, con ser vuestra esposa, con ser, por mi unión con Vos, la Madre de las almas; todo esto debería bastarme. Sin embargo de ello, siento en mí otras vocaciones: siento vocación de guerrero, de sacerdote, de apóstol, de doctor, de mártir... Quisiera ejercitar las obras más heroicas, me siento con el valor de un cruzado, quisiera morir en un campo de batalla por la defensa de la Iglesia.
¡La vocación de sacerdote! Oh, Dios mío, con qué amor os llevaría en mis manos, cuando a mi voz descendierais a ellas desde el cielo! ¡Con qué amor os daría a las almas! Pero, aunque deseando ser sacerdote, admiro y envidio la humildad de San Francisco de Asís y me siento capaz de imitarle, rehusando la sublime dignidad del sacerdocio. ¿Cómo, pues, juntar estos contrastes?
Quisiera iluminar a las almas como los profetas y los doctores. Quisiera recorrer la tierra predicando vuestro Nombre y plantar, Amado mío, en tierra infiel vuestra gloriosa cruz. Mas no me bastaría una sola misión, pues desearla poder anunciar a un tiempo vuestro Evangelio en todas las partes del mundo, hasta en las más lejanas islas. Quisiera ser misionera, no sólo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y continuar siéndolo hasta la consumación de los siglos.
Mas ¡ay! sobre todo quisiera el martirio. ¡El martirio! Este ha sido el sueño de mi juventud; sueño que ha crecido conmigo en la celdita del Carmen. Pero esta es otra de mis locuras; no deseo un solo género de suplicio: para satisfacer mis anhelos, necesitaría padecerlos todos...

Como Vos, adorado Esposo de mi alma, quisiera ser azotada, crucificada... Quisiera morir despellejada como San Bartolomé; como San Juan, desearía que me sumergieran en aceite hirviendo; ser pulverizada por los dientes de las fieras, como San Ignacio de Antioquía, a fin de llegar a ser pan digno de Dios. Con Santa Inés y Santa Cecilia, quisiera ofrecer mi cuello a la cuchilla del verdugo, y como Juana de Arco, pronunciar el nombre de Jesús en una vivísima hoguera.
Si pienso en los tormentos atroces que padecerán los cristianos en tiempo del Anticristo, se estremece mi corazón; quisiera que se reservaran para mí aquellos tormentos. ¡Abrid, Jesús mío, el libro de la Vida, donde están consignadas todas las acciones de vuestros Santos: todas ellas quisiera haberlas yo llevado a cabo por vuestro amor!
¿Qué responderéis a todas mis locuras? ¿Existe en la tierra un alma más pequeña é impotente que la mía? Con todo, esta misma debilidad os ha movido a realizar mis pequeños deseos infantiles, y os hace colmar hoy otros deseos más grandes que el universo...

ILUMINACION BIBLICA. Lc 12,49

"«He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!" 

Silencio contemplativo
Como vives tu ser misionero en el día a día, de modo que esta actitud de vida trascienda por la humanidad y cada generación?


Intenciones del día.

Por la humanidad entera, para que llegue un día a experimentar, en su totalidad los frutos de la salvación de Cristo. OREMOS

Por intercesión de santa Teresita, envíanos tu lluvia de rosas

Para que sigamos tomando consciencia del cuidado de la creación como parte del proyecto salvador que nos trajo Cristo. OREMOS

Por todos los fieles difuntos para Dios los reciba en su Reino y un día podamos nosotros cantar con ellos sus alabanzas. OREMOS

Por todos los misioneros y misioneras para que su entrega por el Reino trascienda hasta la consumación de los siglos.  OREMOS

Padre nuestro

Oración final

Padre bueno, que por medio de Santa Teresa del Niño Jesús, quieres recordar al mundo el amor misericordioso que llena tu Corazón, para poner en Ti, nuestra confianza como los niños en sus padres. Humildemente te damos gracias por haber coronado de tanta gloria a tu hija Teresa, siempre fiel, y por haberle dado la admirable misión de amarte y hacerte amar, para acercar a ti día tras a quienes desde la sencillez y humildad siguen  como ella,  el camino de la confianza y el abandono. Por Jesucristo nuestro Señor. AMEN 


Canto: Gloria (misa 500 años)

  Canto: Gloria (misa 500 años) En las alturas gloria al Señor y en todas las naciones al hombre paz.   Te alabamos te bendecimos,...