INTENCIÓN DEL DÍA. Por el universo entero, las
necesidades más urgentes de la humanidad y por todos los que hemos orado con
fervor estos nueve días junta a Teresa.
ORACION
Santa Teresita del Niño Jesús, que has
sido justamente proclamada Patrona de las Misiones de todo el mundo: acuérdate
de los ardientes deseos que mostrarte, cuando vivías en la tierra, de
querer plantar la Cruz de Jesucristo en
todas las naciones, y anunciar el Evangelio hasta la consumación de los siglos.
Te suplicamos que ayudes, según tu promesa, a los sacerdotes, a los misioneros,
a los jóvenes y las jóvenes en formación, a las familias, a la vida consagrada,
a quienes han perdido su fe y a toda la Iglesia. Amen
HIMNO
MISIONERA HASTA LA CONSUMACION DE
LOS SIGLOS
El deseo misionero que empezaba a
ser una pequeña inquietud en el seno de la familia, se hace plena en su búsqueda
en el Carmelo y desde la noche de la fe y su apertura a la voluntad de Dios se
convierte en la actitud más trascendental y llena de plenitud, que envuelve el
sentido de toda su existencia y su
apertura a la humanidad entera, abarcando generación tras generación. Actitud que
solo puede salir de una fe y un amor purificado, capaz de tocar el umbral de la
esperanza. Ser misionera hasta la consumación de los siglos. Lo que la lleva a la
conciencia de que es posible, después de su muerte hacer caer una lluvia de
rosas, porque precisamente, pasó haciendo el bien en la tierra.
Debería
contentarme, Jesús mío, con ser vuestra esposa, con ser, por mi unión con Vos,
la Madre de las almas; todo esto debería bastarme. Sin embargo de ello, siento en mí otras vocaciones: siento vocación de guerrero, de sacerdote,
de apóstol, de doctor, de mártir... Quisiera ejercitar las obras más
heroicas, me siento con el valor de un cruzado, quisiera morir en un campo de
batalla por la defensa de la Iglesia.
¡La
vocación de sacerdote! Oh, Dios mío, con qué amor os llevaría en mis manos,
cuando a mi voz descendierais a ellas desde el cielo! ¡Con qué amor os daría a
las almas! Pero, aunque deseando ser sacerdote, admiro y envidio la humildad de
San Francisco de Asís y me siento capaz de imitarle, rehusando la sublime
dignidad del sacerdocio. ¿Cómo, pues, juntar estos contrastes?
Quisiera iluminar a las
almas como los profetas y los doctores. Quisiera recorrer la tierra predicando
vuestro Nombre y plantar, Amado mío, en tierra infiel vuestra gloriosa cruz. Mas no me bastaría una sola misión, pues
desearla poder anunciar a un tiempo vuestro Evangelio en todas las partes del
mundo, hasta en las más lejanas islas. Quisiera
ser misionera, no sólo durante algunos años, sino haberlo sido desde la
creación del mundo y continuar siéndolo hasta la consumación de los siglos.
Mas
¡ay! sobre todo quisiera el martirio. ¡El martirio! Este ha sido el sueño de mi
juventud; sueño que ha crecido conmigo en la celdita del Carmen. Pero esta es
otra de mis locuras; no deseo un solo género de suplicio: para satisfacer mis
anhelos, necesitaría padecerlos todos...
Como
Vos, adorado Esposo de mi alma, quisiera ser azotada, crucificada... Quisiera
morir despellejada como San Bartolomé; como San Juan, desearía que me
sumergieran en aceite hirviendo; ser pulverizada por los dientes de las fieras,
como San Ignacio de Antioquía, a fin de llegar a ser pan digno de Dios. Con
Santa Inés y Santa Cecilia, quisiera ofrecer mi cuello a la cuchilla del
verdugo, y como Juana de Arco, pronunciar el nombre de Jesús en una vivísima
hoguera.
Si
pienso en los tormentos atroces que padecerán los cristianos en tiempo del
Anticristo, se estremece mi corazón; quisiera que se reservaran para mí
aquellos tormentos. ¡Abrid, Jesús mío, el libro de la Vida, donde están
consignadas todas las acciones de vuestros Santos: todas ellas quisiera
haberlas yo llevado a cabo por vuestro amor!
¿Qué
responderéis a todas mis locuras? ¿Existe en la tierra un alma más pequeña é
impotente que la mía? Con todo, esta misma debilidad os ha movido a realizar
mis pequeños deseos infantiles, y os hace colmar hoy otros deseos más grandes
que el universo...
ILUMINACION BIBLICA. Lc 12,49
"«He venido a arrojar un fuego sobre la
tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!"
Silencio contemplativo
Como vives tu ser misionero en el día a
día, de modo que esta actitud de vida trascienda por la humanidad y cada generación?
Intenciones del día.
Por la humanidad entera, para que llegue un día a experimentar, en su
totalidad los frutos de la salvación de Cristo. OREMOS
Por intercesión de santa Teresita, envíanos tu lluvia de rosas
Para que sigamos tomando consciencia del cuidado de la creación como
parte del proyecto salvador que nos trajo Cristo. OREMOS
Por todos los fieles difuntos para Dios los reciba en su Reino y un día
podamos nosotros cantar con ellos sus alabanzas. OREMOS
Por todos los misioneros y misioneras para que su entrega por el Reino
trascienda hasta la consumación de los siglos. OREMOS
Padre nuestro
Oración final
Padre bueno, que por medio de Santa
Teresa del Niño Jesús, quieres recordar al mundo el amor misericordioso que
llena tu Corazón, para poner en Ti, nuestra confianza como los niños en sus
padres. Humildemente te damos gracias por haber coronado de tanta gloria a tu
hija Teresa, siempre fiel, y por haberle dado la admirable misión de amarte y
hacerte amar, para acercar a ti día tras a quienes desde la sencillez y
humildad siguen como ella, el camino de la confianza y el
abandono. Por Jesucristo nuestro Señor. AMEN