viernes, 5 de agosto de 2016

Testimonio de Teresa de Lisieux


“Me dedicaba principalmente a amar a Dios. Y amándole he llegado a comprender que mi amor no debe manifestarse solamente por medio de las palabras por que no los que dicen: ¡Señor. Señor! Entraran en el Reino de los cielos, sino los que hacen la voluntad de Dios.[…] El sello por el que todo el mundo conocerá  que  son discípulos míos, será precisamente por el amor. Madre mía meditando estas palabras de Jesús, comprendí cuan imperfecto era el amor que yo tenía  a mis hermanas. Vi que nos las amaba como Dios las ama. ¡Ah, comprendo que la caridad perfecta consiste en soportarlos defectos de los demás, en no escandalizarse de sus debilidades de los demás, en sacar edificación de los menores actos  de virtud que se les ve practicar. Pero sobre todo comprendí que la caridad no ha de quedar encerrada en el fondo del corazón. Nadie, dijo Jesús enciende una  candela para ponerla debajo del celemín, sino que la pone sobre el candelero para que alumbre a los que están en la casa. Me parece que esta candela representa a al caridad que debe alumbrar, alegrar, no solo a los que me son mas queridos, sino a TODOS los que están en la casa, sin exceptuar a nadie.[…] ¡Ah, Señor! Se que mandas nunca  nada imposible. Conoces mejor que yo mi debilidad, mi imperfección. Sabes que nunca podré amar a mis hermanas  como tu las amas, si tu mismo, ¡oh, Jesús mió! No las amas. Por que querías concederme esta gracias es por eso guié me diste un mandamiento nuevo.[...]la caridad no debía consistir  en los sentimientos , sino en las obras.

Canto: Gloria (misa 500 años)

  Canto: Gloria (misa 500 años) En las alturas gloria al Señor y en todas las naciones al hombre paz.   Te alabamos te bendecimos,...